Doctor Denis Mukwege, «el salvador de más de 10.000 víctimas de la violación»
Denis Mukvege, nacido en 1955 en Bukavu, es médico y activista congoleño. Se especializó en ginecología y fundo el Hospital de Panzi, en Bukavu, donde trabaja actualmente.
Uno de los crímenes de guerra más comunes perpetrados por los grupos armados en los distintos conflictos de la RD del Congo ha sido la violación. Muchas veces, las guerrillas atacaban a los civiles, pensando en hacer daño al enemigo en vez de buscar el enfrentamiento directo, buscando la humillación y el minar la resistencia del contrario. Las víctimas, fundamentalmente, eran mujeres. Éstas eran violadas de manera cruel. Sufrían brutales destrozos de sus genitales, muchas veces en grupo y con objetos punzantes, lo que conllevaba, en muchas ocasiones, su destrucción física y moral.
Todo ello emana de la guerra civil ruandesa (1994) cuando dos millones de hutus (1996) cruzan la frontera de la RD del Congo, huyendo del contrataque del Frente Patriótico Ruandés de Paul Kagame, instalándose en el este del país. Todo esto desencadenó, con posterioridad, la caída del mobutismo (1998). Multitud de grupos armados hutus (sobre todo los temibles Interahamwe) y otros pertenecientes a las Fuerzas Armadas Ruandesas, colaboraron con Josef Kabila para la destitución de Mobutu. El problema es que la enemistad entre estos y otros grupos de apoyo desembocó en la Primera Guerra Africana (1998/2003). Muchos de estos grupos, extremistas, perpetraron la violaciones relatadas que trata de reparar y combatir el doctor Denis Mukwege.
En este contexto de máxima degradación moral, el doctor Mukwege, comenzó a tratar a estas mujeres, muchas de ellas niñas. Su función básica ha consistido en reparar sus genitales y devolverles la dignidad. Ha intervenido a más de diez mil víctimas mientras hacía llamamientos continuos para que cesara este tipo de violencia. Sus pacientes le llaman cariñosamente Papa Denis. La labor de este extraordinario cirujano llega al cine con el documental titulado El hombre que repara a las mujeres. La cólera de Hipócrates, recién estrenado en Francia. Los autores, Thierry Michel y Colette Braeckman, nunca habían visto tanta crueldad junta.
Debido a su experiencia es solicitado por medio mundo para dar conferencias lo que aprovecha para conseguir muchos fondos para la fundación que trabaja para el hospital Panzi. También muchos políticos se acercan hasta Bukavu para «hacerse la foto» con él.
Mukwege pudo quedarse en Europa o Estados Unidos y llevar una vida confortable y tranquila con su familia pero el luchaba por devolver la dignidad a gran cantidad de mujeres violadas y, a su vez, por persuadir a los violadores para que desistieran de sus actos. Todo ello le acarreó graves problemas. Empezó en el hospital de Lemera, donde operaba día y noche, y dos veces al mes recorría a pie –los vehículos estaban reservados a los blancos– los 30 kilómetros que le separaban de Bukavu, para ir a ver a su esposa e hijos. En 1996 el centro fue objeto de una brutal masacre. Los pacientes murieron ejecutados en sus camas. Entonces fundó el hospital Panzi en Bukavu, por el que han pasado más de 10.000 víctimas, y la fundación Panzi, que cobija y respalda psicológicamente a unas mujeres a menudo repudiadas por sus maridos y embarazadas por sus verdugos.